Introducción al Curso “La vivienda en tiempo de escasez” de la Universidad Internacional de Andalucía.
La escasez económica no debe ser escasez de ideas. En estado de atonía el mercado inmobiliario, puede que sea éste el momento de recuperar los esfuerzos de innovación en los campos de reflexión que han acompañado siempre al desarrollo de la vivienda moderna: su industrialización y su renovación tipológica y normativa, eternamente aplazadas. A ellos se incorporan, ya para quedarse, la cada vez más imperativa exigencia de ahorro energético que la crisis de las energías fósiles impone y la inevitable mirada hacia el patrimonio construido infrautilizado, dispuesto para ser reciclado. Hemos querido dar cita en Baeza a un grupo de profesores comprometidos con la investigación en torno a estos asuntos.
Hace ya tiempo que Ignacio Paricio codificó la agenda de investigación de la vivienda contemporánea española con su contribución a textos como “La vivienda contemporánea: programa y tecnología”. A él debemos también el marco experimental de la Casa Barcelona, un conjunto de aportaciones construidas al progreso práctico y conceptual de la industrialización de la vivienda. Suyo es el desarrollo del concepto de “perfectibilidad” en la vivienda, la exploración de la idea de la “vivienda oficina” o la metáfora de la “caja negra” como instrumento para repensar la forma de construir casas a través de un reducido número de componentes terminados en taller. Pero sobre todo, su presencia en el curso nos va a poner en contacto con uno de los arquitectos que más ejemplifica el progreso de la arquitectura como oficio, tanto a través de su premiadísima obra profesional como a través de sus textos de investigación. Un oficio cuya definición, condensada por Joseph Conrad en “El espejo del mar”, tanto gusta Paricio en citar: “El oficio está compuesto de tradición acumulada, lo mantiene vivo el orgullo individual, lo hace exacto la opinión profesional y, como en las artes más nobles, lo estimula y sostiene el elogio competente”.
Julian Salas ha escrito de forma clarificadora acerca de las verdades y las ambigüedades de los procesos de prefabricación abierta en la vivienda. En la estela de su admirado Jean Prouvé, podría sostener que “para que la industrialización abierta proporcione una arquitectura bella, es preciso que los arquitectos dominen los procesos”, trabajando siempre “la técnica comprometida con la sociedad”. Pero su trayectoria como investigador, especializada desde hace tiempo en lo que se ha venido en llamar la “habitabilidad básica”, aplicada a la resolución del problema de la vivienda en el Tercer Mundo, nos puede aportar además una visión realista de lo que significa la escasez real y acerca de cuántas de nuestras supuestas necesidades son impostadas. Los estudiantes que asistan al curso, podrán sentirse atraídos también por las posibilidades de la aplicación de su práctica como arquitectos en países en desarrollo donde las capacidades tecnológicas adquiridas en las Escuelas españolas puedan encontrar demanda.
La obra construida de Enrique Abascal nos da muestras de una aplicación sensible del oficio de arquitecto que se desenvuelve con igual acierto en la vivienda social española y en los desarrollos de cooperación con el Tercer Mundo. Su barrio de “Las Flores de Andalucía” en El Salvador ha gozado de un reconocimiento unánime. Allí la economía de medios, el diseño ajustado y la aplicación arquitectónica de las tecnologías disponibles (bloque de hormigón, madera y chapa) ofrece resultados de gran intensidad. En Sevilla, sus propuestas de vivienda protegida combinan la sensatez constructiva, la claridad tipológica y el cuidado diseño de detalles con una atención a la escala de los espacios colectivos que se podría calificar como “clásica” en el sentido de que parece remitirnos a los momentos más afortunados de la construcción de los barrios de vivienda moderna europea. A esto no parece ser ajeno el interés continuado de Enrique por las “otras tradiciones” modernas (en la línea que Colin St. John Wilson ha contribuido recientemente a poner en el mapa), las de algunos arquitectos centroeuropeos que, alejados de los focos de la vanguardia mediáticamente triunfadora de entreguerras, supieron construir conjuntos de vivienda realmente eficiente y urbana.
De Felipe Pich-Aguilera y Teresa Batlle y de su trayectoria como proyectistas de vivienda industrializada y ecológicamente eficiente se podría decir que son ejemplos de ese tipo de pensamiento que se realiza plenamente cuando se construye, y más cuando pone en funcionamiento otras sinergias y otras colaboraciones que no suelen estar al alcance de la práctica de un estudio de arquitectura en solitario. Hacer intervenir a “los industriales”, a las empresas constructoras y a los fabricantes en la evaluación de los sistemas prefabricados propuestos por los arquitectos, ya desde la fase de proyecto, consigue resultados insólitos en nuestras latitudes: las viviendas pueden construirse con un alto grado de prefabricación y calidad arquitectónica a unos costes competitivos en el mercado. Y si en estos costes se incluyen los ingredientes que hacen que los edificios residenciales alcancen los parámetros de eficiencia energética ambiental a los que todavía otros sólo aspiramos estamos antes una cuadratura de un círculo que el curso de Baeza ha de contribuir a desvelar.
Recientemente se ha podido contemplar en Construmat la propuesta de “Mueble Habitable” que Jaime Coll y Judith Leclerc han presentado como la contribución más reciente al proyecto “Casa Barcelona”. Se trata de una exploración acerca de las posibilidades de una vivienda sin muros, con grandes muebles desmontables, capaces de proporcionar interiores diáfanos flexibles e intercambiables. La instalación habla del interés de sus autores por anticipar la evolución posible del espacio interior de la vivienda. En sus distinguidas obras de vivienda social, además de ofrecer interesantes innovaciones en su resolución material y constructiva, se trabaja en los márgenes de las normativas para conseguir insospechadas variantes de los tipos de vivienda clásicos, que en sus manos encuentran otros caminos. Algunos de sus proyectos investigan también las convivencias de usos en el seno de la manzana residencial, para hacer de la vivienda colectiva algo que se extiende más allá de los límites del “piso” convencional para expresarse en las relaciones con la escuela, el comercio o el taller cercanos. Propuestas arriesgadas, que conviven con el peligro del rechazo de las mentalidades más conservadoras, pero que acaban imponiendo su rigor.
Las mayores innovaciones arquitectónicas se fundamentan a veces en lo que ya está, pero que necesita una mirada más afinada que desvele las posibilidades de la realidad que está a nuestro lado o que lo estuvo. Esa es la tarea que Xavier Monteys se ha propuesto: enseñarnos el mundo que tenemos alrededor como no somos capaces de verlo. En sus propuestas del proyecto Re-habitar, la vivienda del futuro parece nacer con naturalidad a partir de lo más cotidiano. Lo que ya se anunciaba en su seminal best-seller “Casa Collage” se ha desarrollado estos últimos años en torno a los trabajos del grupo “Habitar”. Basta con citar los epígrafes de algunos de sus textos para que se intuya lo estimulante y operativo de sus reflexiones: habitaciones satélite; domesticar la calle; más puertas; fuera de lugar; entrar por el balcón; abandono y oportunidad; mudanzas; el valor de reparar; el valor de resolver las dificultades; una casa atrapada por la jerarquía; vivir en la planta baja; el espacio umbral; el arte de aprovechar las sobras…
Mirar de otra forma la ciudad y los espacios donde habitamos, en este caso con el instrumento de la fotografía, ha llevado a Elena Morón a algunos de los más prestigiosos centros artísticos de la fotografía de Europa. No se trata de una producción de imágenes diletante, meramente contemplativa, sino que tiene una componente transformadora, en dos campos. Uno es el de creación propiamente fotográfica, que en sus obras se emparenta con el terreno conceptual de la pintura abstracta. Otro, el que más nos interesa aquí, tiene que ver con la detección de los signos, los sintagmas y las secuencias que en la ciudad consolidada generan las claves de su habitabilidad y de sus cambios. “La clave está en la percepción”, en “buscar lo invisible a través de la fotografía como herramienta”. Contando con este bagaje, no debe ser casual la brillantez de la gestión de las Areas de Rehabilitación Concertada de algunas ciudades andaluzas, que ha estado bajo la dirección de Elena en los últimos años. La rehabilitación, el reuso de los barrios y del patrimonio residencial ha de asentarse en la mirada atenta, y a su modo enamorada, de la realidad material que los compone.
Rehabilitación, re-uso, a los que Elisa Valero ha dado un cuerpo teórico y académico con sus proyectos de investigación “Reciclaje urbano: recualificación del tejido residencial parar un desarrollo sostenible” y “Reciclaje de barriadas: una alternativa sostenible”. En este marco ha sabido conjugar su propia sensibilidad como arquitecta de gran reconocimiento, brillante en la pequeña escala y en la definición la habitabilidad contemporánea, con la puesta en sintonía de un amplio grupo de investigadores. Étos han colaborado en el seno de una plataforma teórica que se propone generar nuevos instrumentos de proyecto con los que enfrentarse a esta nueva realidad, la que nos va a acompañar las próximas décadas, donde lo normal no será hacer de nuevo, sino reciclar, reparar, reconstruir, rehabitar… Elisa suele presentar su propia obra construida agrupada bajo las categorías de Habitar, Anudar y Recuperar. No dejan de unos atractivos términos para definir una actitud como la que pretendemos explorar en este curso.
Y para terminar, hay que hacer constar que las aportaciones al curso se completan con nuestras propias incursiones en terreno casi baldío de la prefabricación de viviendas energéticamente eficientes en el sur de España: los prototipos Arkit, Solarkit y Patio 2.12.
Con estos mimbres se estátejiendo el cesto del curso en el que nos veremos a finales del próximo mes de Agosto en Baeza. Os esperamos.
Javier Terrados
Director del Curso