Hay un largo pasaje longitudinal que atraviesa la edificación en forma de C en todas las plantas, conectando los patios y los núcleos de circulación, materializando la tan característica alternancia de luces y sombras de nuestras ciudades. Estas galerías, espacios de paso y a la vez de estancia, permiten visiones cruzadas de los jardines interiores de parcela. Los patios a lo largo de las galerías se convierten en ensanches de éstas; en la cabecera, la galería se abre a un patio interior de dimensiones más generosas. Las galerías están suficientemente resguardadas en el interior de los bloques, relacionándose con el exterior a través de determinadas aberturas puntuales en puntos singulares. Tenemos por tanto una tipología mixta: viviendas en galería dentro de un bloque en altura. Esta tipología nos permite crear viviendas con todas las estancias iluminadas en fachada, y crear una ventilación cruzada a través de los pasillos abiertos a los patios interiores.
La edificación se cierra en torno a una zona central ajardinada y de esparcimiento. Como prolongación de ésta hemos creado un porche en la pieza central, para juego de los niños en los días de lluvia. Desde estos espacios ajardinados llegamos de forma natural a los portales, que quedan prácticamente difuminados dentro de las galerías interiores.
Así, dentro de la máxima eficiencia que se nos requiere, se propone una secuencia completa de espacios intermedios, donde el usuario de la vivienda puede disfrutar de lugares para el encuentro comunitario, en una gradación sucesiva de privacidad desde la calle a la casa. A partir de ahí, el esfuerzo ha ido encaminado a sacar el mayor provecho de las condiciones urbanísticas del solar.