La certeza de que, cada vez más, en el continuo reciclaje de los tejidos de la ciudad, los polígonos industriales son paulatinamente ocupados por sedes sociales y centros de empresas de diversa índole, es la base desde la que partir con nuestra propuesta. Varias son las circunstancias que se dan entorno a la gestación la misma:
De una parte, la convivencia con las preexistencias, tanto del interior de la parcela (edificios del antiguo centro de trabajo), como del exterior (naves industriales, explanadas de aparcamientos, instalaciones de servicio público…)
De otra, el propósito de hacer del polígono industrial (escenario de vida de una variopinta concurrencia) un lugar habitable, con espacios agradables y de cierto sosiego, perfilando, en la medida de lo posible, un nuevo paisaje urbano.
Para el edificio de oficinas, se propone un volumen prismático con dos alteraciones principales. Por una parte, junto a la entrada de planta baja, la rampa de acceso al garaje vacía esa esquina, próxima a la lámina de agua del estanque, en la que se refleja. Por otra parte, en la planta alta, se talla el volumen para crear una separación entre el espacio general de oficinas y la cabecera directiva. De esta forma se enfatiza el diferente carácter de estas zonas y singulariza la zona de dirección, que pasa a presidir también formalmente el edificio. La conexión entre estas dos zonas se realiza por medio de una pasarela acristalada que se rodea de dos jardines al aire libre.