Una nueva plaza para el barrio, presidida por el nuevo edificio administrativo, delimitada por el equipamiento y abierta a la confluencia de las calles Jerusalén y Tesalónica, ejes del barrio.
El diedro que conforman los dos edificios permite que el nuevo espacio público se aísle del centro comercial y de la zona deportiva pero contenga, en su rincón, un pasaje intermedio que enlace con un recorrido peatonal hasta el futuro parque, previsto en la parcela junto al Pabellón de Deportes.
La nueva plaza quedará delimitada así pues por el profundo porche del edificio de equipamiento, al noreste, que genera una amplia zona de sombra. El equipamiento se traza como una pastilla lineal sencilla, aireada por patios ajardinados, que podría redistribuirse fácilmente si la prioridad de usos fuera otra. Al suroeste, el edificio administrativo proporciona también un amplio porche, al tallarse su planta baja en la esquina, mientras que el resto de su fachada se distancia de la plaza con patio inglés ajardinado. Al sureste, una hilera de arbolado de hoja caduca proporcionará una tercera zona de sombra y cobijo.
El edificio administrativo no renuncia a mostrarse como un hito urbano, pero midiendo su escala, adaptando su altura a las máximas del entorno, distinguiéndose de los bloques residenciales por su tratamiento decididamente escultórico y fluido.